La inseminación artificial es una técnica
de reproducción asistida que consiste en colocar en el útero espermatozoides
previamente seleccionados y elaborados en laboratorio.
Al año son 30.000 las mujeres que acuden a este tratamiento para
poder tener hijos.
Fuente |
La inseminación artificial puede llevarse a cabo con el
semen de la pareja o de un donante.
La primera opción se
recomienda a parejas con esterilidad de origen desconocido, en las que la mujer
tiene problemas de ovulación o alteración del cuello uterino, o el varón
presenta defectos en el semen a nivel de movilidad o concentración.
La inseminación a través de donante la suelen llevar a cabo
para mujeres sin parejas o varones con mala calidad seminal, ausencia de espermatozoides
o portadores de una enfermedad genética que no puede ser detectada en los embriones.
¿En qué consiste el
tratamiento?
Se recoge una muestra de semen del hombre cuando ya se saben
las causas por las cuales no se puede concebir.
El tratamiento comienza cuando la mujer vaya a empezar a
ovular, puede elegir si desea realizar el ciclo de manera natural o artificial
(mediante fármacos, con los cuales tiene posibilidades de producir más de un
óvulo y quedar embarazada con más probabilidad).
A las dos semanas aproximadamente se acude al médico y se
hace la prueba de embarazo. Es poca la posibilidad de quedar encinta a la
primera inseminación, aunque no imposible. Normalmente tres inseminaciones es
la media que necesita una mujer para quedar embarazada mediante este método.
El procedimiento no es nada complejo y consta de diferentes partes:
-Estimulación ovárica e inducción a la ovulación.
Esta es necesaria para aumentar las posibilidades de que la inseminación sea un éxito, ya que de forma natural la mujer solo es productora de un folículo. Al estimular el ovario se producen más óvulos de forma natural.
-Preparación del semen.
Al seleccionar y concentrar los espermatozoides de mejor calidad y desechar los que no reúnan condiciones óptimas, se consigue obtener un semen de alta calidad y garantías para la inseminación.
-Inseminación.
Tras haberse inducido la ovulación se procede a realizar la inseminación. Este procedimiento no genera grandes molestias para la paciente, ya que son similares a las de una citología.
El procedimiento no es nada complejo y consta de diferentes partes:
-Estimulación ovárica e inducción a la ovulación.
Esta es necesaria para aumentar las posibilidades de que la inseminación sea un éxito, ya que de forma natural la mujer solo es productora de un folículo. Al estimular el ovario se producen más óvulos de forma natural.
-Preparación del semen.
Al seleccionar y concentrar los espermatozoides de mejor calidad y desechar los que no reúnan condiciones óptimas, se consigue obtener un semen de alta calidad y garantías para la inseminación.
-Inseminación.
Tras haberse inducido la ovulación se procede a realizar la inseminación. Este procedimiento no genera grandes molestias para la paciente, ya que son similares a las de una citología.
Cabe a destacar que en nuestro país contamos con numerosos centros repartidos
por todas las comunidades donde podemos acudir para realizar nuestro
tratamiento de reproducción artificial, siempre contando con los mejores
profesionales y resultados.
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