Las complicaciones que conllevan las fracturas óseas para la víctima no son tan sólo las relativas a la recuperación y posterior funcionalidad de la estructura implicada. También, después de producirse la lesión, se inicia, cuando son huesos largos los fracturados, una hemorragia interna que debemos tener en cuenta a la hora de realizar la exploración secundaria y el alcance del posible shock...
Cuando la fractura es cerrada, o sea que no existe exposición ósea, ese sangrado debe ser sospechado ya que no hay forma de evidenciarlo por medio de signos en la exploración secundaria.
Saber, de forma aproximada, la cantidad de sangrado que produce la rotura de los principales huesos largos, nos ayudará a realizar una valoración más precisa del patrón cardiocirculatorio. Esto es necesario, más aún si cabe, en las víctimas que presenten varias fracturas de huesos largos (accidentados polifracturados).
En esta tabla se recogen las cantidades aproximadas de sangrado por fractura de los huesos nombrados.
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